Desde que ese invento del automóvil revolucionó la forma de transporte del ser humano, trajo consigo innumerables cambios en nuestro comportamiento.
Conozco personas que ocupan el carro hasta para ir a la tienda de la esquina. O que de plano no salen de casa si el carro está en el taller, o no circula ese día.
Tambien hay quien se identifica con su carro, al grado de que el carro se convierte en una forma de comunicar quién soy, o quién quiero que los demás piensen que soy. Casi una extensión de uno mismo.
También hay quien use el carro para elevar artificialmente su autoestima. Para llenar huecos internos. O para compensar algo que sientes que te falta. Claro que esta teoría no les gusta a los que traen su deportivo para acelerarn de un semáforo al otro.
Algunos son muy creativos con su carro, y obtienen resultados espectaculares, aunque no siempre estéticos.
Les muestro en el siguiente enlace algunos de los carros más feos. Seguramente sus dueños no pensarán igual. Allá cada quién y sus gustos. Pero espero que hayan disfrutado haciéndolos.
Carros extraños
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