¿Quieres confesar algo?
¿Engañaste a tu novia(o), esposa(a), pareja?
¿No estás cumpliendo en el trabajo como debieras?
¿Tienes un secreto y no confías en nadie para contárselo, por temor a que lo divulguen y publiquen?
¿Te gusta la vecina?
¿Tienes inclinaciones o deseos que te avergüenzan?
En cualquiera de esos casos, cuando no se tiene una buena amistad a quién confiarle nuestro secreto, recurrimos al psiquiatra, al confesor o al cantinero.
El contar las cosas que nos pesan nos permite desahogarnos, al menos de momento. Tambien al contarlas podemos pensar más claramente en ellas, pues para poder expresarlas necesitamos analizarlas. Y puede que vengan el arrepentimiento y la constricción. Pero siempre queda el recóndito temor de ¿Y si se enteran los demás? Mejor no lo cuento. Y en el fondo persiste ese resquemor del secreto guardado.
Aquí está la solución por internet.
Existe una página en la que puedes confesar tu más íntimo secreto, sin que nadie sepa quien eres. Ahí mismo otras personas pueden poner comentarios, que pueden ser desde apoyarte hasta satanizarte. Puedes después ver los comentarios a tu confesión y hasta contestarlos. Y si tu secreto es gordo, puede estar en las confesiones más leídas. Todo en forma anónima.
Sólo tienes que entrar a la página. En la lista de la derecha está la opción confesarte anónimamente y listo. Tu secreto está en la red, con otros posiblemente parecidos.
Confesiones
Eso sí. No te pueden dar la absolución. Pero al menos descargas esa presión interna que te atormenta. Probemos.
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